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domingo, 9 de mayo de 2010

La Batalla De Lircay

ANTECEDENTES

En 1829 estalló una revolución que enfrentaba dos facciones que pujaban por imponer sus propios modelos políticos, en su visión de la forma que debía adoptar la naciente nación - estado chilena.

Los Liberales:

Uno de estos grupos eran los liberales, cuya mirada se dirigía especialmente a Francia, proponiendo un modelo político que garantizaría la mayor cantidad de libertades individuales.

Los Conservadores:

El otro grupo eran los conservadores, cuya mirada se centraba en el pasado colonial, en el sentido de un poder central fuerte y autoritario que fuera capaz de imponer orden.



Ensayos Constitucionales E Instabilidad Política

Luego de una serie de ensayos constitucionales e instabilidad política que se prolongaron por espacio de siete años, se ahondaron los rencores que culminaron en una verdadera guerra civil.

El Detonante Del Conflicto

El detonante se produjo a raíz de los resultados de los comicios para elecciones de congresales, que redundó en la renuncia del Presidente  Francisco Antonio Pinto a su cargo.



Francisco Antonio Pinto fue sucedido por Francisco Ramón Vicuña Larraín, en julio de 1829.



El Congreso dominado por los liberales eligió en el cargo de vicepresidente a Joaquín Vicuña Larraín. 


A pesar de ser tercera mayoría, pero de tendencia pipiola (liberal), los conservadores consideraron que la constitución había sido violada, por lo que se unieron en un solo bloque O'Higginistas, estanqueros y pelucones en contra del gobierno.

El Ejército del sur se encontraba estacionado en Concepción bajo el mando del General Joaquín Prieto.


Este se sublevó en defensa de la Constitución y marchó hacia Santiago.

En la capital, las tropas de gobierno quedaron a cargo del  General Francisco de la Lastra.


La Acción De Ochagavía

El primer choque entre ambos ejércitos se produjo el 14 de diciembre de 1829 en Ochagavía, a las puertas de Santiago. Tras el combate en que no hubo vencedores ni vencidos,  ambos bandos acordaron firmar una tregua y poner a disposición de Freire el mando del país.

El General Joaquín Prieto, apoyado por los sectores conservadores (pelucones), asumió la dirección del Ejército, lo que motivó que Freire partiera con sus tropas por Valparaíso a Coquimbo, a comienzos de 1830.

Los Acuerdos Tras Ochagavía

A las 6:30 a.m. del 16 de diciembre de 1829, se firma un Armisticio de 10 puntos por medio del Pacto de Ochagavía, en espera del tratado definitivo; por parte de los pipiolos (liberal) firma el general Francisco de la Lastra, y por parte pelucona (conservador) el general José Joaquín Prieto Vial; en el Pacto se acuerda:
Francisco de la Lastra

José Joaquín Prieto Vial

§         La suspensión de las actividades militares.

§         El nombramiento del general Freire, que recibe la Jefatura de Gobierno y el mando del Ejército.


§         La no remoción de sus puestos ni reconvención de los militares de ambos bandos por sus ideas políticas previas.

§         La formación de una Junta de Gobierno Provisional, integrada por José Tomás Ovalle Bezanilla, Isidoro Errázuriz y José María Guzmán, opositores a Freire.


§         La convocatoria de un nuevo Congreso Plenipotenciario, que debería:

a)    Realizar un juicio de infracción de la Constitución de los acontecimientos desde el Congreso anterior.

b)    Reformar la Ley Electoral.

c)     Convocar un Congreso Parlamentario en sustitución del anterior, si su actuación hubiera resultado inconstitucional.

d)    Nombrar un Ejecutivo provisional que reemplazara a la Junta de Gobierno Provisional.


EL FRACASO DEL PACTO DE OCHAGAVÍA:
LLEVA HACIA LA BATALLA DE LIRCAY

En enero de 1830, el Congreso Plenipotenciario nombra una Junta dominada por:
Diego Portales


José Joaquín Prieto

Diego Portales y Prieto, tras unas elecciones (manipuladas por los pelucones).
La situación no se arregla, y el 17 de febrero de 1830, la Junta depone a Freire y nombra Jefe del Ejército al general O’Higginista José Joaquín Prieto al que había derrotado en Ochagavía.

A continuación, se designa Presidente a Francisco Ruíz Tagle Portales, cabecilla estanquero.

Francisco Ruíz Tagle Portales

Y como Vicepresidente a Ovalle, todo lo cual no es admitido por Freire, que se subleva.


José Tomás Ovalle Bezanilla

LA BATALLA DE LIRCAY

La Batalla de Lircay tuvo lugar a orillas del río Lircay, cerca de Talca, el 17 de abril de 1830. Marcó el fin del periodo llamado conocido como de Organización de la República y el comienzo de la República Conservadora.

Río Lircay

De acuerdo con el Pacto de Ochagavía los dos ejércitos que habían participado en la acción, el de Prieto y el de De la Lastra, se ponían al bajo las órdenes de Ramón Freire. Pero el tratado era solamente el fin de la primera parte de la Guerra Civil de 1829-1830 e inmediatamente comenzó la segunda parte, o sea, la lucha entre los estanqueros y O'Higginistas y los pipiolos.

A Freire se le convenció que la Junta Provisoria que se había elegido de acuerdo al tratado no era más que una pantalla para traer de nuevo a O'Higgins a quien odiaba, como la mayor parte de los pipiolos.

Freire entró en conflicto con la junta, invadiendo sus atribuciones, y, por su parte, Prieto le negó el mando del ejército del sur.

Primeras Acciones

Freire, después de un intento fallido de apoderarse de Coquimbo se embarcó al sur el 17 de febrero de 1830 y desembarcó en Constitución. 


Avanzó hasta la hacienda Prado, en la ribera poniente del río Loncomilla,



donde se le reunieron las tropas de José Rondizzoni 


que venían desde Coquimbo pero a las cuales un temporal impidió desembarcar en Constitución y lo hicieron en Navidad y las de Benjamín Viel 


que venían desde Chillán.

Los Ejércitos

a)    En total, el General Freire enteró 1.750 soldados, de los cuales 1.100 eran infantes, 600 de caballería de líneas y de milicias y cuatro cañones útiles servidos por cincuenta artilleros. En cuanto a comando táctico, Freire contaba con varios oficiales de gran prestigio como eran Viel, Guillermo Tupper y Rondizzoni.
Guillermo Tupper 

b)    Por su parte, Prieto, entre las fuerzas de su propio ejército y las del coronel Cruz, logró enterar 2.200 hombres, de los cuales unos 500 eran de caballería de línea y 400 milicias montadas y una artillería con 12 cañones. Prieto, por su parte, tenía en su comando táctico a los coroneles Manuel Bulnes y Cruz.
Manuel Bulnes

Rumbo a La Batalla

En la noche del 14 al 15 de abril el ejército de Freire pasó el río Maule



y ocupó la ciudad de Talca, pensando resistir allí el ataque de Prieto. El 16 de abril Prieto se situó en el cerrillo de Baeza, una legua al poniente de la ciudad.

Rondizzoni convenció a Freire que el encierro en Talca equivalía a un suicidio y, al amanecer del día 17, el ejército salió del pueblo y se situó al poniente del cerro de Baeza, donde estaba Prieto el día anterior y tendió la línea de batalla con frente al nororiente, dispuesto a mantenerse a la defensiva, protegido por fosas, ciénagas y lomas que hacían imposible que Prieto lo embistiera de frente.

Entretanto, Prieto, informado de que el enemigo había salido de Talca, se movió hacia la orilla del Lircay en demanda de las posiciones enemigas. Una inspección del terreno lo decidió a dirigir las columnas hacia la ciudad para tomar al enemigo por su flanco. Dejó su caballería y algunos cañones frente al enemigo para impedirle replegarse a Talca y siguió avanzando al sur hasta llegar a los suburbios de la ciudad.

Este movimiento engañó a Freire, quien creyó que Prieto eludía la batalla y que continuaría a Concepción.

Entretanto, Prieto había formado su línea en los extramuros de Talca, protegiéndose en los ranchos y logrando situar la artillería que, dando un rodeo, había tomado la misma dirección que el grueso del ejército. Se logró emplazar once cañones que dominaba el campo entre los dos ejércitos.

La artillería abrió fuego contra la línea de Freire, mientras la infantería y la caballería empezaron a flanquearla, lo que obligó a retirar toda la línea hasta el río Lircay. Más al llegar a esta posición, Rondizzoni advirtió que era mucho más difícil de defender que la que acababan de abandonar.


Como último recurso, se resolvió dar una carga contra la infantería de Prieto que picaba la retaguardia y que aún no estaba protegida por los cañones. Dando nuevamente la cara al enemigo, cargó Rondizzoni con toda la caballería.

Mas los escuadrones de Prieto, por orden de Manuel Bulnes, fingieron huir hasta arrastrarlo lejos de su infantería, y volviendo súbitamente cara, reforzados por un escuadrón de refresco, lo destrozaron en menos de diez minutos.

Las columnas, batidas de frente por el fuego de la infantería y por varios cañones, que Prieto había hecho avanzar con gran rapidez, y amagadas por ambos flancos por la caballería, retrocedieron a las lomas de la ribera sur del río, como consecuencias:

·        Rondizzoni, que recibió dos heridas leves, se retiró del campo y gracias a ello salvó la vida.

·        Viel ya había huido y atravesado el Lircay.

·        Freire dio orden a la infantería de retirarse hacia el norte y seguido de otros oficiales tomó la fuga.

Manuel Bulnes, en una maniobra extraordinariamente rápida, cortó la línea de retirada de la infantería de Freire, mientras Prieto y Cruz la cercaban por el frente y los costados. Los mil infantes de Freire que quedaban con vida y los cincuenta artilleros resistieron durante dos horas el fuego de los cañones y de los fusiles y las cargas de caballería.

El odio con que se peleó por ambos bandos fue feroz:

a)    Los del ejército de Freire que habían sido azuzados por sus jefes y los políticos pipiolos, preferían morir antes que rendirse a Prieto.

b)    Los de Prieto, veían en los extranjeros Viel, Tupper y Rondizzoni los verdaderos responsables de la guerra.

Continúan Las Escaramuzas

A las cuatro de la tarde, habiendo abandonado Freire a sus tropas, Elizalde, que había tomado el mando, intentó romper el cerco:

·        Pero resulta un esfuerzo inútil ya que él mismo cayó muerto de un balazo.

·        El coronel Tupper fue materialmente destrozado a sablazos.

·        El oficial de marina Roberto Bell también fue destrozado a sablazos.

Los partes oficiales disimularon las bajas de ambos bandos, pero los testimonios de los participantes hacen subir a 350-400 el número de muertos en el ejército de Freire y a alrededor de 1.000 prisioneros. Las bajas de Prieto alcanzaron las 130.






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